En ocasiones la vida nos presenta momentos difíciles y muy duros que hay que afrontar y no siempre estamos preparados para sobrellevar las situaciones adversas… Esto puede llevarnos a la desesperación y la depresión.
Practicar y desarrollar el pensamiento positivo es muy eficaz para sentirnos fuertes, alegres y encontrar la manera de hacer frente a todo lo que venga.
Para tener una mente positiva hay que centrar la atención en todo lo que nos genere algo positivo. Una técnica es escribir diariamente en un cuaderno, tres cosas buenas que nos hayan pasado en el día. De preferencia, escribirlas un momento antes de ir a dormir. Así tendrán mayor impacto.
Al iniciar el día dedica cinco minutos a imaginarte tu día positivo al mayor detalle posible. Puedes imaginarte que te va a ir muy bien en el trabajo; que estás disfrutando un café por la tarde o que estás leyendo un libro, muy a gusto, desde la comodidad de tu hogar.
Los pensamientos positivos te ayudan a cambiar el estado de ánimo.
Si te quejas y pasas el día criticando, sólo te alejas de la tranquilidad. Te tensas, te estresas y pierdes el ánimo.
Haz un esfuerzo por quejarte lo menos posible. Puedes apuntar cuántas veces te quejas en el día. La meta es que cada día te quejes menos.
Si criticas algo, busca también un remedio para solucionar ese problema. El reto de encontrar alternativas ayuda a desarrollar la creatividad, a ver más lejos de lo problemático y a no quedarte estancado en la dificultad. Te anima a hacer un esfuerzo para dar lo mejor de ti.
Sonríe lo más que puedas. Está comprobado que la sonrisa estimula cambios bioquímicos y reacciones cerebrales que producen efectos en tu mente y en tu cerebro.
Cuando aprendes algo nuevo, al inicio, te va a costar trabajo desarrollar el hábito. Después de un tiempo lo vas integrando y realizas la acción con toda naturalidad.
Lo mismo pasa con la sonrisa y con los pensamientos positivos. Si te acostumbras a sonreír al mirar a la gente, vas a motivar que la otra persona también sonría y se haga más agradable el momento. Si te entrenas para encontrar lo bueno en todo lo que te ocurre, tu cerebro va a hacerse experto en encontrar ese enfoque. Va a ir normalizando que te gusta tener experiencias positivas. Así, vas a desarrollar más recursos para hacer frente a las distintas situaciones y vas a encontrar mejores formas para solucionarlas.
El agradecimiento es fundamental para ser feliz. Todos tenemos problemas y dificultades que surgen inesperadamente pero, también, al mismo tiempo, tenemos muchas cosas positivas que agradecer.
Cuando agradecemos nuestra mente empieza a recordar las cosas buenas. Eso ayuda a darle menos peso a las negativas.
Intenta empezar y terminar el día con agradecimiento. Ayuda fortalecer la salud y a hacernos más agradable la vida.
Puedes escribir las cosas buenas que agradeces todos los días.
¿Cómo te sientes cuando agradeces?
¿Cómo te sientes cuando te agradecen?
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