Jugar videojuegos es divertido, pero excederse puede llevar a problemas de salud…
Para identificar si hay un abuso de videojuegos, marca si has notado alguno de estos síntomas en tu hijo:
- Está obsesionado con el juego: lo busca continuamente y es la única opción de entretenimiento.
- Se pone triste o enojado cuando no juega.
- Ya no está interesado en otras actividades.
- Miente sobre la cantidad de tiempo que ha jugado
Estos cuatro puntos muestran que ya hay un problema por el uso de videojuegos.
Para prevenirlo hay que asignar un tiempo límite a su uso. Y algo muy eficaz es compartir tiempo juntos. No siempre se puede, pero podemos proponer jugar juntos el videojuego un rato. Y sólo jugarlo durante ese tiempo.
Además, en la medida de lo posible, hay que buscar actividades alternativas donde también reciba nuestra atención. Cocinar, dibujar, cantar, leer… Hacer algo juntos y si puede ser algo que exija utilizar las manos ¡mucho mejor! coser, cuidar plantas, hacer figuras de barro o de plastilina, ensartar cuentas… También participar en algún deporte es una buena alternativa.
Se trata de presentarle opciones en las que pueda aprovechar mejor el tiempo de ocio.
No dejes a tus hijos solos jugando en la recamara ya que no podrás supervisar el tiempo que dedican a los videojuegos. Es mejor que pongas la consola en un sitio “común” en donde puedas supervisar lo que hacen.
¿Qué haces para controlar el tiempo de uso de videojuegos?
ECCA: aprender para educar mejor
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