Es importante agradecer y sentirse agradecido. El simple hecho de dar las gracias cuando tu hijo te ayuda a realizar una tarea en casa, le hace sentir valioso y reconocido. Cuando le enseñas a decir gracias cuando él reciba ayuda o cuando obtenga algo, ayuda a desarrollar la capacidad para reconocer y apreciar tantas cosas buenas que tenemos al alcance. Esta actitud construye un soporte para su felicidad.
Puedes enseñarle a dar las gracias por los alimentos de cada día; por el hogar donde vive o por haber disfrutado una tarde con sus amigos… Hacer una pausa para apreciar cada una de estas cosas permiten desarrollar la gratitud.
El sentirse agradecido por lo que tenemos es ir siendo cada vez más conscientes de las cosas buenas que ocurren en nuestra vida y que podemos compartir. Seguramente esta disposición nos permitirá ser más felices.
No hay que esperar a que termine el año para dar gracias por todo lo vivido. Podemos reservar un momento cada día para agradecer lo mejor de esa jornada. Si lo hacemos antes de dormir, aseguraremos también mejor calidad de sueño…
¿Te animas a buscar agradecer cada día por lo mejor que te haya ocurrido?
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